Óscar Mora

Tres actos y dos partes, de Giorgio Faletti

En los minutos de descuento de la vida

Faletti, Giorgio. Tres actos y dos partes, Editorial Anagrama. 14,90 euros. 152 páginas

El fútbol es uno de los fenómenos más globales, y que más pasión despierta a lo largo y ancho del mundo. Como muestra, uno de los rasgos que más se destacaron del Papa Bergoglio cuando alcanzó la silla vaticana era su afición por este deporte y por un equipo en concreto en su país natal. A priori, no parece haber dos cosas más alejadas que la actividad intelectual que comporta escribir una novela, una buena novela, con la de asistir en una grada a un partido, con los gritos, empujones, insultos y los bajos instintos puestos al servicio de una pasión arbitraria. Sin embargo, el fútbol ha tenido y tiene una pátina de relato épico, de historia condensada de la humanidad en noventa minutos, que se abre paso a través de las psiques más obtusas para acabar instalado en los lugares de preferencia de nuestro tiempo.

No parece haber dos cosas más alejadas que escribir una novela  y asistir a un partido de fútbol

Los jugadores han ocupado en el imaginario colectivo el lugar de los gladiadores romanos, y a través de ellos se desata una narración liberadora que tiene como excusa un simple pedazo de cuero y la gloria o la miseria en el corto espacio de hora y media. Una de sus estéticas más atractivas es la del perdedor, como la imagen del árbitro Pierluigi Collina ayudando a levantarse a los centrales del Bayern en aquella final de copa de Europa que perdieron en el último minuto, o la arenga del capitán del Liverpool en la media parte de la final contra el Milan que perdían 0-3, apelando a los cánticos de una afición obrera que seguía entonando, “Nunca caminarás solo”, porque por encima del resultado hay una sensación de pertenencia y lealtad inquebrantable. Hay que admitir que el fútbol, aunque uno sea completamente ajeno a ese deporte, es algo más que fútbol, y despreciarlo como un elemento vulgar de la sociedad es un esnobismo trasnochado. La aparición de revistas como “Panenka” o “Líbero”, que reivindican el fútbol como acto cultural no sólo desde la nostalgia, dan fe de ello.

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1392548212-68-0Giorgio Faletti ha centrado su atención en “Tres actos y dos partes” sobre la parte más humilde y sórdida de este deporte. Silvano Masoero, “El Silver”, es un boxeador retirado, un perdedor al que le acosa el recuerdo de un combate amañado, que purga su pena como utilero en un club de segunda división de la liga de Italia. La trama se desarrolla principalmente en las horas previas al último partido de la temporada, donde está en juego el ascenso del equipo. Este telón de fondo sirve por un lado para mostrar la parte más sórdida del fútbol en sus categorías menos profesionalizadas, alejadas del glamour, los balones de oro y las portadas de las revistas y que, en el fono todos los sabemos, poco tienen que ver con el fútbol real.

Tres actos y dos partes nos habla de la parte más humilde y sórdida del fútbol

Su hijo milita en este equipo, y está a punto de cometer el mismo “pecado” que el padre: amañar el partido para sacar un dinero ante la imposibilidad de convertirse en una estrella de ese Olimpo que componen los jugadores como Messi, Cristiano Ronaldo o Ibrahimovic. En apenas ciento cincuenta páginas, el autor nos lleva desde la zozobra de la poética que destila este personaje derrotado, hasta la parte más oscura y corrupta de la realidad. Autor habitual de novela negra, la alternancia en paralelo de los acontecimientos presentes con la carrera de Silvano teje un entramado donde el propio lector tiene que tomar partido hasta la sorpresiva revelación final. Para todos aquellos que malgastaron también las segundas oportunidades, se trata de una lectura imprescindible.

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