Empecé a contar cuentos por YouTube durante el confinamiento, pensando en mi hija de cuatro años y sus compañeros de clase. Ellos me conocían de haber ido a su colegio a contar, y pensé que sería buena idea conectarme todos los días a la misma hora para darles una sensación de normalidad y ofrecerles una pequeña rutina a sus padres. 

Se corrió rápidamente la voz, y pronto tuve a miles de niños pendientes de los cuentos. Me hace muy feliz haber sido un poco útil durante este periodo. Te dejo aquí algunas de las entrevistas y reportajes que me hicieron en radio, prensa y TV. No las había releído desde entonces, y me produce una fuerte sensación de irrealidad cómo normalizamos la situación, como si todo lo relacionado con el confinamiento hubiese sucedido hace mucho tiempo, o le hubiera ocurrido a otra persona que no soy yo.