Óscar Mora

La estación de Inés II. El tiempo detenido

 

Hay momentos que yo llamo instantes de tiempo detenido(1). Son momentos en los que todo queda suspendido: la percepción del tiempo, del espacio y de las personas; las sensaciones, imágenes y sonidos que me rodean quedan grabados en la cabeza, creo que para siempre.

Por ejemplo, cuando era adolescente me recuerdo en la casa que tienen mis padres en el campo mirando a través de la puerta hacia el jardín, en la hora que va después de la siesta con todas las personas de la casa despertando perezosamente, pensando que aquel era un momento perfecto y que me gustaría que durase para siempre. Muchas veces, cuando celebramos un cumpleaños allí, me tumbo fuera con mi padre a ver la lluvia de estrellas o te llevo, Inés, de la mano sobre el césped enseñándote a andar y a caerte, me viene a la cabeza ese fugaz momento, y pienso en lo mucho que cambia todo. Imagino que (ahora lo recuerdo: me faltaba un mes para cumplir 16 años, el verano estaba en su esplendor y quería proyectar cómo sería la fiesta fuera en septiembre) me acompañará siempre, por más tiempo que pase.

(Leer La estación de Inés I)

En ese momento yo elegí tener el recuerdo y las circunstancias me pusieron fácil detener el tiempo, pero irás comprobando según crezcas (creces muy rápido, Inés, me da miedo parpadear cuando te miro por si al abrir los ojos ya eres otra) que lo normal es que los instantes de tiempo detenido vengan a ti y te escojan casi por capricho. A veces te ocurrirá mucho después de que el momento haya ocurrido, y te asaltará a la mente como un latigazo o como un calor que te sube por el pecho. Algunos serán solamente una mezcla de sensaciones, otros una imagen en movimiento y, la mayor parte, una imagen fija que no ha dejado de existir.

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No siempre se detiene el tiempo en los momentos buenos y agradables, sino que es más común que ocurra durante lo terrible o lo asombroso. Los descubrimientos y las incertezas(2). Como te puedes imaginar, cuando te vi nacer, con los ojos abiertos y mirada de asombro, también se detuvo el tiempo. En este 2017 terrible se ha ido tu yayo y son variastantasdemasiadas veces las que el tiempo quedó suspendido. Pero también ha sido el año de muchas de tus primeras veces: si sigues a este ritmo, vas a romper el contador de instantes detenidos dentro de poco.

Te cuento todo esto porque hoy es el segundo aniversario de uno de esos instantes que une lo terrible y lo asombroso. La imagen es un pasillo no muy largo pero que en el recuerdo es inacabable, y viene precedida por mí sujetando la mano de tu madre, V., mientras la llevaban en una camilla. El traslado por el hospital fue muy rápido, pero los pocos segundos que van desde

Tú te quedas aquí

hasta que la camilla se mete en el quirófano (tercera puerta a la izquierda, la última) son casi los más largos de mi vida. No te voy a repetir lo mucho que te buscamos y lo mucho que nos costó encontrarte, pero sí te puedo contar la sensación absurda de estar bajo el umbral de aquella puerta y pensar

Por qué no voy andando hasta donde está V., son solo veinte metros

O que pasen los minutos y

Qué hago aquí, qué tengo que hacer ahora, qué sentido tiene hacer nada ahora

Te cuento todo esto porque han pasado dos años, y desde el mismo momento en que nos dijeron el bebé está bien has acumulado varios nombres de batalla; la ginecóloga te llamó luchadora; a mí me gusta más milagro.

Te cuento todo esto para que sepas que nos has detenido el tiempo.

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Te cuento todo esto para que conozcas tu superpoder.

Te cuento todo esto porque se está cumpliendo la profecía que hice sobre tus genes, porque hace dos años pensamos que ya no seríamos padres, y porque en esta estación que son tus dos primeros años de vida todos los instantes están detenidos a nuestro alrededor mientras tú los haces avanzar tozuda, gloriosa, imparablemente.

 


(1) Es cierto: no puedo dejar de ser cursi ni hablando conmigo mismo.
(2) He tenido que ir a la RAE porque me parecía neologismo chungo, pero no. No estoy seguro de que, como apunta la RAE, sea enteramente sinónimo de incertidumbre.

Nota: si quieres saber qué escucha #lapequeñaInés, este es tu hilo.

1 comentario en «La estación de Inés II. El tiempo detenido»

  1. Precioso Óscar!!. Q bonito regalo xa ciando Inès crezca. Ànimo a tod@ la
    familia!!. Ella será vuestro motor en esta época tan complicada

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